- La ciudad cuenta con un total de 261 km de tuberías de saneamiento, de los cuales se han limpiado ya 230 kilómetros
- En lo que va de año, Aqualia ha tenido que eliminar 23 tapones en la red de colectores debido a la acumulación de toallitas y restos de detergentes. Las toallitas, al contrario de lo que algunos envases señalan y a diferencia del papel higiénico, no se descomponen al contacto con el agua y sus fibras forman una maraña compacta al mezclarse con el jabón que atasca las tuberías provocando serios problemas.
- En la depuradora (EDAR), cada mes se extrae un contenedor de 3.500 kg lleno exclusivamente de toallitas, las cuales provocan averías y roturas en las bombas que impulsan el agua sucia hasta la instalación para ser tratada antes de su devolución al medio natural.
El Ayuntamiento de Mérida, a través de Aqualia, empresa concesionaria de la gestión integral del agua en la ciudad, lleva limpiadas en lo que va de año 11.700 rejillas de alcantarillado, conocidas como imbornales, además de 230 kilómetros de colectores de saneamiento. Gracias a estas tareas, se han extraído 32.000 kg de residuos del interior que dificultaban la circulación del agua sucia de los y las emeritenses hasta la depuradora.
Y es que no basta con disponer de las adecuadas infraestructuras de saneamiento, sino que es necesario que éstas se encuentren en un perfecto estado de mantenimiento para su eficaz funcionamiento.
En lo que va de año, Aqualia ha tenido que eliminar 23 tapones en la red de colectores debido a la acumulación de toallitas y restos de detergentes. Las toallitas, al contrario de lo que algunos envases señalan y a diferencia del papel higiénico, no se descomponen al contacto con el agua y sus fibras forman una maraña compacta al mezclarse con el jabón que atasca las tuberías provocando serios problemas. De ahí la importancia de no tirarlas al retrete, sino a una papelera.
En la depuradora (EDAR), cada mes se extrae un contenedor de 3.500 kg lleno exclusivamente de toallitas, las cuales provocan averías y roturas en las bombas que impulsan el agua sucia hasta la instalación para ser tratada antes de su devolución al medio natural.
Este domingo, 19 de noviembre, se celebra el Día Mundial del Retrete o el Saneamiento, efemérides que la delegada de Medio Ambiente, Silvia Fernández, ha querido aprovechar para conocer de primera mano cómo se realizan estas tareas de limpieza tan importantes, que tienen como fin desatascar estas rejillas y conducciones para que cumplan adecuadamente su función de evacuar el agua sucia de la calle, domicilios y la lluvia, y así evitar inundaciones, transportando toda esta agua residual a la depuradora.
Acompañada del nuevo gerente de Aqualia en Mérida, Abel Haut, la delegada ha podido ver de primera mano cómo los residuos se sacan de las tuberías gracias a los camiones de saneamiento, que cuentan con una tobera que se introduce en las mismas y succiona la suciedad o impulsa agua a gran presión para eliminar la obstrucción que se detecte.
En el caso de las rejillas de los imbornales, la limpieza se realiza de manera manual. Los trabajadores de Aqualia acuden con un vehículo en el que van depositando todos los residuos extraídos de los imbornales, que después irán a parar a un vertedero. Finalmente insertan agua a presión dentro del imbornal para comprobar que el atasco ha desaparecido.
De esta manera, rejillas y tuberías recuperan su capacidad hidráulica de transporte para desaguar el agua de lluvia. No obstante, el Ayuntamiento y Aqualia advierten que, si las lluvias son excesivamente torrenciales, con descargas de mucha agua en muy poco tiempo, es imposible que las tuberías de ninguna ciudad tengan capacidad suficiente para desaguar inmediatamente el agua, sino que ésta desaparecería poco a poco tras el paso de la tormenta.
Aun así, cuando existen alertas de la AEMET por fuertes tormentas, Aqualia establece un protocolo de emergencia. Se incide con mayor ahínco en la limpieza de los 22 puntos negros de la ciudad, se establece una guardia especial en la que toda la plantilla se encuentre localizable ante cualquier aviso, y se realizan inspecciones con los camiones para evitar inundaciones.
Silvia Fernández ha reiterado la necesidad de hacer un uso responsable del sistema de saneamiento de la ciudad en todo aquello que esté en nuestra mano; “con simples gestos como poner una papelera en el baño para evitar tirar nada al retrete ya estamos contribuyendo a mantener las instalaciones hidráulicas de nuestra ciudad y a cuidar el medioambiente. Según la ONU, aproximadamente 3.500 millones de personas viven sin acceso a un aseo seguro y 19 millones de personas todavía hacen sus necesidades al aire libre. No debemos perder la perspectiva de que somos afortunados por disponer de un sistema de saneamiento de primer nivel, tenemos que cuidarlo”.
Silvia Fernández: