- A las 11, dará comienzo un acto literario a cargo de Antonio Viudas Camarasa, Antonio Vélez Sánchez, Antonio Salguero Carvajal y Moisés Cayetano Rosado y, a partir de las 12 comenzará un itinerario poético con la participación un nutrido grupo de escritores, escritoras y artistas.
La Asociación de Vecinos Luis Álvarez Lencero, y el Ayuntamiento de Mérida, conmemorarán este domingo, 26 de noviembre, el centenario del poeta y escultor emeritense “Luis Álvarez Lencero” con una serie de actividades que se iniciarán a las 10,30 horas en la barriada con la recepción de los participantes y una exposición de sus publicaciones.
A las 11, dará comienzo un acto literario a cargo de Antonio Viudas Camarasa, Antonio Vélez Sánchez, Antonio Salguero Carvajal y Moisés Cayetano Rosado
A partir de las 12 comenzará un itinerario poético con la participación de Rosa Lencero, Antonia Cerrato, Pepa Gómez, Vicenta Martínez, Ana Chary del Álamo, Mª Carmen Díez, María Bote, Rosa Zamoro, Manuel Rodrigo, Sergio García, Paqui Moreno, José Sánchez del Viejo, Lupe García, Antonio Gómez, Guillermo Segovia. Ana Carvajal, Carlos Alonso, José Rodríguez Francos, el pintos Pedro J. Corcho y el escultor Estanislao García.
El evento cuenta con la participación de las asociaciones culturales colectivos y entidades A.C. Ventana Literaria, de Almendralejo, A.C. Migas, de Badajoz, C. Ataecina, de Ribera del Fresno, Editorial Stela Literaria de Azuaga, C. Alcandoria Mérida, y Gallos Quiebran Albores, de Mérida.
Luis Álvarez Lencero nació en Badajoz en 1923, y murió en Mérida en 1983. Fue un poeta y escultor, procedente de una familia campesina, por lo que combinó la poesía con el trabajo mecánico, herrero y administrativo en sus obras.
De origen humilde, trabaja como mecánico durante algunos años y estudia en la Escuela de Artes y Oficios, dirige la revista literaria Gévora, ochenta y tres números con difusión en España e Iberoamérica, y se suceden en el tiempo sus libros de poemas. En 1965, durante un año, decide trabajar en Alemania como obrero especializado y contactar con el duro mundo de la emigración.
Al final de la década de los sesenta, activa su dedicación a la escultura y expone en Madrid, con un gran éxito de crítica e incluso de ventas. Las enfermedades le aquejan desde 1980 y en 1982 se produce su ansiado regreso a Extremadura, con un cálido homenaje en Mérida; la posibilidad de montar un taller de forja en la capital emeritense finalmente se vio truncada por su temprana muerte.
Representante de la poesía social extremeña, junto a Manuel Pacheco, con el que compartió recitales, su obra poética se rige por unas constantes temáticas de hondo sentimiento y significado. Le preocupan el dolor, la pena, la guerra, la muerte y Dios, inquietudes existenciales expresadas con profundidad, y que también reflejan el amor y la dignidad de la persona. El hombre en su dimensión terrenal y trascendente es, pues, el centro de su poesía, siendo Juan Pueblo su poemario más difundido, tras superar algunos problemas con la censura franquista.