• El proyecto contempla creación de despachos, laboratorios, salón de actos, biblioteca, en dos niveles de altura recuperando el mirador de la torre del mismo.
Según se desprende del proyecto presentado, para la adaptación del Convento de las Freylas a la sede del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM) será necesario acometer intervenciones de rehabilitación y restauración en la edificación existente, así como intervenciones de obra nueva aprovechando la parte suroeste de la parcela en la que no existe nada edificado prácticamente.
La idea que subyace en la propuesta refleja claramente la idiosincrasia del monumento en su recorrido histórico. Las bóvedas y fachadas reflejan la realidad del monumento contextualizado en su historia.
Se ha querido recuperar ambos conceptos para remarcar la propuesta que bebe de esas fuentes y generar los espacios necesarios para la restauración, rehabilitación y nueva construcción de la sede del Instituto, así como para ordenar la plaza exterior ofreciendo una visión de conjunto a la Basílica y al Convento.
Las bóvedas de cañón del monumento traducen en una realidad tangible la excelsa historia del Convento y se ha querido recuperar esa idea potenciándola y proponiéndola para la zona de ampliación en la que se ubicarán los espacios más singulares entrelazados generando una sucesión de espacios a doble altura entre las dos bibliotecas y el salón de actos conformando cuatro bóvedas de cañón alineadas y de tamaños seriados como las que encontramos en la planta baja de la crujía este del Convento
Organización del edificio
La planta primera recoge en la zona de ampliación la sala de reuniones como elemento definitorio del ala oeste del claustro original, junto a él, el salón de actos ocupa una de las bóvedas centrales de la nueva zona.
En el ala este del edificio preexistente se colocan los despachos de investigadores y una sala de trabajo, y, con posición predominante, el laboratorio de arqueología en el ala sur, abierto hacia la plaza pública.
En esta planta se organizan los elementos principales de los Espacios comunes para la interacción del personal, esto es, la sala de reuniones y el salón de actos. Ambas se habilitan bajo sendas bóvedas que hacen referencia a las existentes en la planta baja del ala este del Convento. Las otras dos bóvedas, menores en su luz conforman las dobles alturas para las bibliotecas de la planta baja creando una sucesión de estancias en los que el protagonista es el espacio catalizado por la luz que se filtra desde el norte a través del acristalamiento bajo las bóvedas.
Un gran vestíbulo abovedado al que se abre la escalera volada recoge el acceso a estas dos estancias. Esta zona se organiza de forma que, junto con su correspondiente en planta baja, permita un uso independiente del resto de la sede del IAM.
Sin embargo, no se ha querido sacrificar la posible conexión entre estas partes y se ha habilitado un acceso a través del espacio porticado de la fachada sur del claustro con una losa vista de hormigón que no llega a tocar las arcadas en signo de respeto a las mismas y que conecta los despachos de investigadores con la sala de reuniones y el salón de actos en el nivel 1 a través de la galería sur a la que se abre el laboratorio arqueológico que domina el ala sur del Convento en su planta primera.
En este nivel aparecen zonas y servicios comunes, además del office que se encuentra junto a los aseos de planta en la misma posición relativa que en la planta baja para simplificar las instalaciones y reducir la incidencia en el edificio.
El patio del antiguo claustro ordena todo el espacio y se propone su uso para realizar exposiciones.
A la vista del estado en que se encuentra la cubierta de la crujía este del BIC y de las distintas intervenciones que alteraron a lo largo del tiempo dichos espacios generando entreplantas y alterando los niveles se propone una nueva cubierta que permita aprovechar los niveles de planta primera y segunda generando un espacio a doble altura sobre las estancias de planta primera y abierto al pasillo de comunicación de planta segunda buscando la continuidad de crujías al lado este, con la restauración y rehabilitación del Convento, y oeste con la nueva planta del claustro.
La restauración y rehabilitación serán extremadamente respetuosas con las preexistencias de valor patrimonial.
Se procurará recuperar aquellos elementos más significativos con procesos de restauración cuidadosos y supervisados por el equipo de dirección. Así, se recuperarán los esgrafiados, se realizarán trabajos de consolidación con silicato mediante pulverización, de fijación de policromía, de limpieza mediante medios mecánicos con cepillo y escalpelo, de eliminación y limpieza de ruido visual mediante cincelado, de rellenado de grietas y fisuras mediante rejuntado y retacado con morteros de similares características a los existentes y de recuperación y reposición de piezas de granito y de restitución de fábrica de ladrillo y tapial y, además, se recuperarán tejas cerámicas de la cubierta y se limpiarán para su reutilización donde sea posible para las nuevas cubiertas.
La ampliación responde a la idea de continuidad del claustro potenciando su patio y trasponiendo los elementos más significativos del Convento a la nueva edificación.
La zona oeste recoge en su planta baja y alta las estancias mayores destinadas a los Servicios científico-técnicos y equipamiento científico común, así como el Salón de Actos y la Sala de reuniones de los Espacios comunes para la interacción del personal. Se ubican estas estancias de mayor tamaño en la zona de nueva planta al no poder ubicarlas en la zona a rehabilitar puesto que ahí no existen estancias con los tamaños deseados y lograrlas supondría una intervención estructural inasumible para el monumento.
Planta segunda
En el nivel 2 solo se actúa en el ala este del Convento organizando el resto de los despachos para investigadores y la segunda sala para trabajos, sin embargo, esta planta, ofrece una espectacular espacialidad aprovechando las distintas actuaciones llevadas a cabo en diferentes etapas en el Convento.
En este nivel, las numerosas actuaciones en tiempos pretéritos han generado variaciones singulares de alturas que dificultan la generación de espacios habitables. En este sentido se opta por una alternativa coherente con la generación de un nivel único separado de la fachada este hacia el patio del claustro abriendo un espacio a doble altura sobre los despachos del nivel inferior y un recorrido circulatorio conectado a este desde el que se accede a los despachos de esta planta.
Todos ellos organizados en la misma posición relativa que los de la planta inferior. Para iluminar los despachos de este nivel se propone un sistema de lucernarios que ofrezcan luz norte a los trabajadores al tiempo que iluminan también el distribuidor hacia la sala de trabajo que se ubica bajo el torreón abierta a la plaza pública.
Por último, el mirador de la planta tercera al que se accede desde una escalera de caracol ubicada en la sala de trabajo de la planta inferior.