Si el despertar de la primavera o la extenuación de una llama deslumbran es precisamente por su poder de regeneración. Esta pulsión tribal del renacer nos invita al ritual de fertilidad que el compositor portugués Luís Tinoco extrae de las semillas que brotan de La consagración de la primavera de Stravinski. Similar dominio evocador impone Édouard Lalo, quien dedicó a Pablo Sarasate su fascinación por la luminosidad española en una feroz danza de los dedos sobre las cuerdas del violín. El fulgor del brillo culmina con el baile infernal que extingue al fénix ante la espera inminente de otro amanecer.
ORQUESTA DE EXTREMADURA, LUX CONTEMPORÁNEA, CLARA ANDRADA, ANDRÉS SALADO
Blardony. »Y el silencio era el aire»
Liebermann. Concierto para flauta y orquesta, op.39
Mendelssohn. Sinfonía nº 3 «Escocesa»
Venta de entradas: https://taquilla.orquestadeextremadura.com