- Se podrán ver carteles de anuncio de las Ferias y Fiestas comprendidos entre los años 1956 a 2021, carteles de corridas de toros celebradas con motivo de las Ferias y Fiestas de los años 1949 a 1962 con los toreros más representativos de la época, carteles de otras actividades de las ferias como concursos así como revistas de Ferias de los años 1931 a 2022 y programas de mano
- El Archivo Histórico Municipal de Mérida conserva, además del fondo documental propio generado por el Ayuntamiento como administración a lo largo de siglos, colecciones gráficas que fueron recogidas durante gran parte del siglo XX y XXI
Una muestra ofrece esta semana de Feria la colección de cartelería y otros documentos conservados en el Centro Cultural Alcazaba que podrá verse hasta el 14 de septiembre.
En la exposición se podrán ver carteles de anuncio de las Ferias y Fiestas comprendidos entre los años 1956 a 2021, carteles de corridas de toros celebradas con motivo de las Ferias y Fiestas de los años 1949 a 1962 con los toreros más representativos de la época, carteles de otras actividades de las ferias como concursos así como revistas de Ferias de los años 1931 a 2022 y programas de mano de diferentes años entre 1950 y 2022.
La muestra estará acompañada por fotografías de los años 50 al 70 que representan espectáculos públicos, juegos y concursos.
El Archivo Histórico Municipal de Mérida conserva, además del fondo documental propio generado por el Ayuntamiento como administración a lo largo de siglos, colecciones gráficas que fueron recogidas durante gran parte del siglo XX y XXI. Se trata de a carteles con todo tipo de divulgación y presentación de eventos, programas de mano y fotografías.
En estos últimos tiempos se está dando gran importancia a este tipo de material porque siguen siendo documentos que transmiten información a través de una imagen, testimonios gráficos de un acontecimiento ocurrido en un tiempo y en un espacio, reflejos de actividades sociales, políticas, culturales, etc., de una sociedad, de ahí que un cartel, un programa o una fotografía, se convierten en un testimonio histórico con el mismo valor documental que el manuscrito pero incluso más fácil de contextualizar y analizar una vez que se ha realizado con ellos el tratamiento técnico archivístico propio que se realiza como con cualquier otro documento.
Ana Aragoneses: