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Los alumnos de la Escuela Profesional Medea concluyen su formación en la Huerta de Otero donde han desarrollado una intervención arqueológica en el solar

16/11/2020 | Formación

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Los quince alumnos de la Especialidad de Operaciones Auxiliares en Intervenciones Arqueológicas de la Escuela Profesional Medea, promovida por el Ayuntamiento, han finalizado el proyecto de formación en alternancia con el empleo. Pasarán ahora a una nueva fase de prácticas en empresas como peones y/o auxiliares de arqueología, categoría profesional que carece de otras posibilidades de formación y para las que existe una demanda laboral en ciudades con patrimonio histórico – arqueológico.

“En diciembre de 2020 estos alumnos iniciaron un itinerario formativo con el objetivo de formarse como peón y/o auxiliar de intervenciones arqueológicas” señala el delegado de recursos humanos, Julio César Fuster. El entorno de actuación elegido donde poder desarrollar las prácticas y el trabajo real ha sido la parte occidental o extramuros del solar de la Huerta de Otero, junto a la Alcazaba árabe: aquí se ha delimitado un espacio en forma de “L” con un área aproximadamente de 350 m2, adosado a la muralla fundacional romana.

Fruto de estas labores se han exhumado una serie restos arqueológicos adscritos a diferentes etapas históricas: de época moderna hay que señalar las estructuras asociadas a una noria de tiro que guarda muchas similitudes con las denominadas “norias de sangre o saniyas”.

De la última fase de dominación islámica se ha documentado una tumba de inhumación relacionada con una maqbara, situada en los alrededores de la Alcazaba; el enterramiento amortiza varias estancias en batería asociadas a un barrio adscrito a los siglos XII – XIII d. C. Cabe destacar restos de una gran fosa de robo, paralela a la muralla, realizada con el objetivo de extraer material procedente del refuerzo de época visigoda para su utilización en la elevación de la fortificación musulmana.

“Más interesantes, si cabe, son los 35 metros de la muralla fundacional romana que han visto la luz durante esta intervención arqueológica: su hallazgo ha aportado interesantes datos sobre la técnica constructiva, materiales empleados, aparejos, morteros…, etc. Pero, sin duda alguna, lo más impresionante de este tramo de muralla es su altura: los 4.60 metros de alzado que supone la mayor altura conservada en la cerca romana de Augusta Emérita” concluye Julio César Fuster.