MÉRIDA, 10 (EUROPA PRESS)
Un estudio de la Universidad de Extremadura (UEx) determina la importancia que tiene la educación patrimonial como principal criterio y atractivo en la elección de un destino turístico. Así, destaca que en los últimos años el turismo ha adquirido una importancia que no sólo se traduce en el número de personas que se desplazan a un lugar, sino también en la búsqueda de nuevas modalidades turísticas.
Entre ellas, resalta el éxito que posee en la actualidad el turismo cultural y, en esta tipología, que el patrimonio adquiere «gran protagonismo» como elemento de atracción turística y como fuente de riqueza. Sin embargo, añade que un turismo mal gestionado puede desencadenar una serie de riesgos, así como que actualmente se sabe que la educación patrimonial constituye una herramienta «fundamental» para evitarlos y reforzar las oportunidades educativas del turismo.
Partiendo de esta idea, tres investigadores de la Universidad de Extremadura, liderados por Rebeca Guillén Peñafiel, personal docente investigador de la Facultad de Formación del Profesorado, han analizado si las prácticas turísticas desarrolladas en tres zonas emblemáticas de Extremadura, como son el Parque Nacional de Monfragüe, el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara y Trujillo, recogen los principios de la educación patrimonial, aspectos necesarios para garantizar la sostenibilidad y el reconocimiento de la zona por parte de los turistas.
Así, según apunta la UEx en nota de prensa, los factores educativos pocas veces se tienen en consideración en los estudios sobre la valoración del fenómeno turístico y este equipo de investigadores demuestra la importancia que tiene la educación patrimonial como principal criterio y atractivo para la elección de un destino turístico.
Para ello, se ha aplicado una encuesta a 188 turistas, cuyos resultados se han analizado mediante el proceso de análisis jerárquico y se han tenido en cuenta diferentes grupos de edad. Se han analizado ocho tramos etarios que comprenden desde menores de 12 años hasta mayores de 65 y valorado los criterios de información, interés, educación, divulgación, guías turísticos, hospedaje, innovación y actividades.
«La originalidad del estudio reside en que estos criterios no suelen tenerse en cuenta para evaluar las experiencias turísticas, las cuales frecuentemente se miden en función de la calidad de otros servicios que ofrece el ámbito turístico (restauración, hospedaje, accesibilidad, etcétera)», explica Guillén.
ESTRATEGIAS
Con ello, los resultados detectan la necesidad de introducir un mayor número de estrategias educativas durante las prácticas turísticas. Los criterios peor valorados han sido la educación, la innovación y la divulgación, alcanzando las mejores valoraciones la información y el alojamiento.
«A nivel general, se observa la tendencia de que, a mayor edad, existen valoraciones más bajas, especialmente para aquellas personas con más de 65 años, si bien la franja de edad situada entre los 56 a los 65 años también se muestra exigente ante muchos de los criterios señalados», destaca la investigadora.
Asimismo, a mayor nivel formativo los entrevistados son más críticos respecto a los servicios de la zona en la que practican turismo, demandando más mejoras.
Sin embargo, el estudio pone de manifiesto que la evaluación de estos criterios puede ser «clave» para orientar la planificación hacia productos turísticos «más atractivos», activando experiencias «más personales», a la vez que se garantiza la educación, conservación, recuperación y respeto por el patrimonio.
Igualmente, revelan que los criterios educativos resultan determinantes para la valoración de un destino y prioritarios para la toma de decisiones futuras encaminadas a mejorar las experiencias turísticas.
Todo implica la necesidad de reforzar los procesos de identidad patrimonial, es decir, ofrecer técnicas para que el turista o toda aquella persona que visite estas áreas pueda comprender el rico acervo cultural de las mismas en su más amplia acepción, además de incrementar la sensibilidad hacia la preservación del bien que utilizan y disfrutan, apunta la UEx.
En este sentido, Extremadura cuenta con numerosos atractivos patrimoniales que, junto al incipiente auge del turismo rural, la identifican como un destino turístico de interior «cada vez más apreciado por los turistas», lo cual resulta –incide– un motivo suficiente para promocionar la necesidad de desarrollar un turismo sustentable.
Este estudio se enmarca dentro del proyecto «Diseño y elaboración de productos estratégicos diferenciados para la potenciación del turismo rural en Extremadura. De la detección de problemas a la propuesta de soluciones basadas en criterios geoestadísticos», financiado por la Consejería de Economía e Infraestructuras de la JUNTA DE EXTREMADURA y por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) y realizado en el año 2018.