El caballo del alguacilillo hace resonar sus pezuñas en el firme del patio de cuadrillas… el puro de Morante de la Puebla aromatiza los trajes de luces… el reportero de televisión charla con su operador de cámara para buscar el mejor plano… Talavante con trapío de torero antiguo se fuga de lo que le rodea mirando firmemente el blanco de la pared… de enfermería sale el médico con semblante serio… José María Manzanares deja llorar su catafalco en memoria de su padre… los monosabios no paran, inquietos hacen de forjado de la plaza… Perera reza, ritos atávico de un guerrero ante su batalla… el fotógrafo saluda suavemente, le desea suerte, le roza el rostro, y ambos, torero y fotógrafo, separan sus faenas artísticas en un baile de emoción donde el rostro, el miedo, el temple de ambos se resuelve con un momento, una instantánea que jamás se volverá a repetir, una foto inmortal.
Con esta exposición, el oficio del temple, el trabajo en directo del torero aún no se ha llevado a acabo. La muestra de hombres, y cada vez más mujeres, en la previa a la lidia supone un homenaje a los gladiadores romanos del Coliseo, un viaje a Ítaca sin saber si alcanzará el punto de partida, una lucha troyana cargada de emoción.
José Ignacio Rodríguez (1986. La Albuera – Badajoz) deja de ser un muletilla de la foto para tomar la alternativa de manera juiciosa y con retazos dignos de un profesional atroz. Este joven tiene la capacidad de desvirgar los pensamientos del torero en los albores de la lidia con una fulgurante fotografía cargada de apasionada fuerza.
Este artista extremeño posee la fragilidad de Miguel Hernández… como el toro me crezco en el castigo, la lengua en corazón tengo bañada y llevo al cuello un vendaval sonoro… el fotógrafo absorbe la mística de Alberti en su instantáneas… remolina de la muerte, girando, y los toreros, bajo una alegoría voladora de palmas, abanicos y sombreros… y simula la particular omnipresencia que poseía el pintor y torero Toto Estirado, que ante toros del tamaño de un búfalo como él decía, decidió imbuirse y siempre desde la barrera ,en otro arte.
La exposición se puede visitar en el Centro Cultural de la Fundación Caja Badajoz desde el 6 al 23 de octubre de 19 a 21 horas de lunes a viernes.