- La obra, estreno absoluto, se representará desde el 9 al 13 de julio y se trata de la primera de las producciones extremeñas de la 71 edición protagonizada, entre otros, por Guillermo Serrano y Ana García.

Presentada la segunda producción de la 71ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida: “Alejandro y el eunuco persa”. Un montaje producido por el Festival en colaboración con Pablo Pérez de Lazárraga Bárez y La Bola Producciones. Sello extremeño para el segundo espectáculo teatral de la edición en el Teatro Romano dirigido por Pedro A. Penco y versionado por Miguel Murillo.
El Portavoz, Julio César Fuster, ha participado en la rueda de prensa del montaje que se representará desde el 9 al 13 de julio y se trata de la primera de las producciones extremeñas de la 71 edición protagonizada, entre otros, por Guillermo Serrano y Ana García.
“El Teatro Romano y la ciudad de Mérida, son muy exigentes para las producciones, pero sabe cuidar y reconocer, especialmente a las compañías extremeñas”, destacaba Fuster en su intervención donde ha diseccionado la figura de Alejandro Magno y los grandes debates que en torno a su personaje histórico se presentan en la obra.
Alejandro Magno ha sido retratado durante siglos “como un mito militar, un conquistador casi divinizado. Pero esta obra nos invita a mirar detrás del mito, a descubrir a la persona que hubo debajo del casco, de la gloria y del poder. Alejandro no es solo historia: también es símbolo de muchas preguntas actuales. ¿Qué es el poder sin afecto? ¿Quién somos cuando nadie nos ve? ¿Cómo se sostiene una figura pública con una vida emocional compleja?”, se planteaba el Portavoz Municipal.

Como destacaba Fuster actualmente las grandes figuras siguen construyéndose sobre imágenes idealizadas “a menudo deshumanizadas. La obra nos invita a mirar más allá de la épica y reconocer que, detrás del liderazgo, siempre hay una persona con miedos, deseos y contradicciones, al fin y al cabo, somos ante todo y también puras emociones”, incidía.
En esta obra, orbitarán alrededor del sol-Alejandro todos los personajes, incluido el eunuco persa que tanto influyó en la vida íntima y sexual de Alejandro. Alejandro puede leerse como el reflejo de cualquier persona sometida a grandes expectativas externas. “Una presión que hoy conocemos bien: la exigencia de ser perfectos, exitosos, invulnerables”, subraya Fuster que asevera que la relación entre Alejandro y el eunuco persa “nos conecta con debates actuales sobre diversidad, afectividad, sexualidad y libertad personal. Esta mirada rompe silencios y recupera voces tradicionalmente borradas de la historia oficial”.
“Esta obra es también una invitación a reconciliarnos con nuestras propias fragilidades. A entender que la vulnerabilidad no es debilidad, sino una parte inevitable –y profundamente humana– del ser”, reseñaba.
Para el Portavoz Municipal, frente al ruido de la conquista y la fama, esta versión de Alejandro “susurra algo más íntimo: la necesidad de ser amado, de ser comprendido, de encontrar un lugar en el mundo. Y esa es una búsqueda que no caduca. Alejandro es mito, sí. Pero también puede ser metáfora del presente: de lo que escondemos, de lo que sentimos, de lo que somos detrás de lo que mostramos”.