La exposición ha de entenderse como una minúscula aportación, aunque suficiente para ser entendido su contraste cultural. Según Miguel Ángel Rodríguez Plaza “fotografiar sus calles, gentes e indumentaria, es seductor para cualquier fotógrafo que se escape un poco de las rutas turísticas, donde por supuesto el arte en ese milenario país es un gran atractivo”. La muestra pretende ser un fiel reflejo de cuanto acontece en la vida cotidiana de ese extenso país.